Estimados alumnos.
Los días 9 y 10 de octubre de mayo se llevaron a efecto en nuestro instituto, las III Jornadas de Jóvenes Investigadores, organizadas por la Sociedad Nacional de Musicología y el Instituto de Música de la PUCV. El objetivo principal de este evento es promover en los jóvenes estudiantes de música el interés por investigar el objeto musical incerto en nuestra cultura y sociedad y dimensionar sus implicaciones en la vida individual y colectiva nacional. Fué un interesante, humano y reflexivo encuentro que duró cerca de 14 horas, en torno a la música en sus variadas expresiones socio-culturales. Alumnos de pre-grado, en su mayoría, representaron la Universidad de La Serena, Católica y Chile de Santiago y de nuestro instituto. Los jóvenes ponencistas de las otras universidades venían acompañados de sendos grupos de compañeros solidarios, formándose así, además un encuentro entre pares generacionales estimulados por un objetivo comun: la música. Conocerse, dialogar, intercambiar experiencias, construir el futuro en torno a una o varias "chelas" fue, con toda seguridad, el aporte extra que ofrece estos acontecimietos. Los jóvenes ponencistas que representaban nuestro instituto, sede y anfitriones del evento, no tuvieron suerte, nadie de sus compañeros los acompañó en esta primera experiencia que los tenía en un estado natural de temor a equivocarse. Sin embargo sus trabajos estuvieron a la altura de cualquiera de los más experimentados, pero,... estuvieron solos! Las razones que pueden muchos arguir, es el conflicto que los tiene en "paro"; sin embargo, creo (opinión muy personal) que no es razón para haberse marginado de esta experiencia, que entre las múltiples experiencias que se viven en el paso por la universidad, ésta, es una de las más importantes en la formación como personas y futuros artesanos y dueños de un oficio. No hay razón para mí, el haberse desentendido de este evento que estaba por lo demás, ampliamente difundido en nuestra sede. Si hubiera habido interés y espíritu de solidaridad con los compañeros participantes, se habrían organizado para que un grupo estuviera velando por el paro y otro, representando el cuerpo del estudiantado. Somos pocos, nos conocemos y sabemos lo que hacemos. Para mí, hubo, de parte de ustedes, dos muestras ingratas: falta de seguridad en lo que han elegido como sentido de vida y falta de solidaridad y sentido de grupo. Si en gran medida, estos problemas han sido heredados por la dictadura, es necesario tener conciencia de ello para ir trabajando en pos de una superación.
Con sinceridad y afecto,
Silvia Herrera Ortega.
1 comentario:
(mail enviado a la Prof. Silvia Herrera)
Estimada Profesora Silvia:
En lo que a mí respecta, no es el estado de paro el que, como usted dice "me margina" de actividades como éstas, que si bien, concuerdo que son actividades que enriquecen nuestra experiencia y nuestro pasar por el mundo universitario, siento que, tal vez, es el ambiente en el cual éstas se desarrollan el que, en lo personal, me mantiene alejada.
Es lamentable mi sentir, lo sé, pero en los años que llevo en la escuela, creo que ha sido ésta y su ambiente, particularmente en lo que refiere a la relación alumno-profesor (con excepciones claro), la que me ha ido marginando tanto de este tipo de actividades como del "vivir universitario" dentro del instituto de música.
Tal vez fue mi experiencia como integrante del CAA en los años 2006-2007, la que me hizo notar que hay profesores, y en especial miembros del cuerpo directivo, que prefieren vivir en eterna confrontación con los alumnos, en vez de entablar relación y entender de ese modo, que vivimos y venimos de realidades distintas, tanto como estudiantes en formación, como músicos y como jóvenes partícipes de nuestra sociedad.
No digo, sin embargo, que este sentir sea la causa que me impide asistir a dichas acitividades, sino que es lo que me mantiene, por estos días, sin motivación a participar, ya sea en este u otro tipo de actividad.
Fernanda Carrasco Cuevas.
Alumna de 4º año.
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